jueves, 5 de mayo de 2011

DANIEL LABÉ

NATALIA

ANA MARÍA

RAÚL

MIRIAM

DANA

IVAN CASANOVA

EZEQUIEL

SHEILA

ESTHER PUJOL

miércoles, 4 de mayo de 2011

IVÁN CATALÁN

CRISTIAN DÍEZ

DIEGO

HUGO

ESTHER ARJOL

LAURA

ALICIA

CARLOTA

IRENE

DAVID

EL CASTILLO DE CADRETE

Azarosa vida ha sido la mía...
Fundada por los árabes en el siglo X.
Qadrit fue mi nombre, el que ellos me dieron.
Nací, para vigilar el valle del Huerva.

De argamasa y tapial me hicieron, piedras, ladrillos y tejas mezclaron;
tan bien hecho, que mis muros todavía conservo, finamente con lacerías de yeso decorado.

Entre dos barrancos me situaron, haciendo de muralla natural, no del todo válida, por su accesible entrada sur; paso obligado de propios y extraños.

El río que corría a mis orillas saciaba mi sed.
Los fértiles campos regaba, para dar de comer a mis vasallos.

Aunque al principio solo me habitaron soldados; el pueblo pronto creció.
Sus calles estrechas construyeron, de adobe y yeso sus casas hicieron.

Así viví hasta 1.119 que deje de hablar árabe para convertirme en cristiano, al ser conquistado por Alfonso I de Aragón.
Así vi como expulsaban a los moriscos; moriscos que me vieron crecer.
Nuevos habitantes vinieron y sus casas ocuparon.

Desde entonces de unos señores a otros pasé, todos me deseaban por mi situación estratégica.
Hasta que en 1.358 a la orden del Cister fui donado, que en Santa Fe ya tenían su monasterio.

Poco a poco por mí perdieron interés y mis muros dejaron de habitar;
a mi suerte me abandonaron y así languidecí;
pero con esperanza sigo de poder resurgir.

Triste y solo quedé; con mis pensamientos melancólicos, de un futuro mejor:

Por fuertes vientos y tormentas he debido pasar;
Mis frías y secas murallas no son posibles matar;

Como mi cobijo nadie os dará;
Que por flojas murallas nunca será;

Que mil valientes han pasado;
diferentes lenguas hablando;

Que nunca nadie me cuidó,
Como yo os cuidé a vosotros,

Ni de noche ni de día duermo;
Velando vuestros sueños;
Con mis grandes ojos abiertos,
Vigilando al enemigo siempre estoy;

La melancolía inunda mis pupilas
Si no soy nada para vosotros
Que más me queda, si no llorar;
Una lágrima cae por mi mejilla
Sin poderlo remediar.



Por fin, noticias llegan; noticias de buena ventura son; mis paisanos quieren, mi dignidad perdida devolver.
Ansío ya el momento de que vuelvan los obreros a mi, para recordar otro tiempo de muy lejana juventud.


NATALIA BUENO